Santa Marta, hermana de María Magdalena, tuvo la dicha de recibir a menudo en su casa a Jesucristo.
Santa Ana, después de veinte años de infecundidad, obtuvo del Cielo, por sus lágrimas, sus ayunos y oraciones, el favor…
Santa Mónica, madre de San Agustín, derramó tantas lágrimas y oró a Dios con tanto fervor por la conversión de…