16 de febrero: Santa Juliana
SANTA JULIANA
Virgen y Mártir
† martirizada hacia el año 305
Patrona de los enfermos.
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
Lucas 21, 33

Santa Juliana, considerando el orden admirable del universo, reconoció que era la obra de un Dios único y soberanamente poderoso, y abrazó la religión cristiana. Evilacio, prefecto de Nicomedia, pidió su mano, pero Juliana le respondió que no quería por esposo a un adorador de los falsos dioses. Evilacio, pasando entonces del amor al odio, la hizo azotar, cargar de cadenas y encerrar en una prisión. Mientras estaba en oración en su calabozo, el espíritu de las tinieblas se le apareció transformado en ángel de luz para persuadirla a renegar de su fe. Juliana deshizo el artificio haciendo la señal de la cruz, y para burlarse del demonio, lo cargó con sus propias cadenas. La condenaron a ser quemada viva, pero como las llamas no obraban con suficiente actividad, le cortaron la cabeza.
Meditación el mundo es un gran libro
- El mundo es un gran libro en el cual San Antonio aprendió a amar a Dios y Santa Juliana a conocerlo. En este libro hay creaturas que nos representan la bondad de Dios. El sol y la luna nos alumbran, la tierra nos da frutos y flores para nuestro alimento y nuestro recreo. Consideremos estas creaturas, y demos gracias a Dios que nos las dio como otras tantas prendas de su amor. ¡Ah! si la tierra nos ofrece a la vista tantas cosas admirables, ¿qué delicias no nos reservará el cielo? Si el destierro es tan hermoso, ¿cuánto no la será la patria? (San Agustín).
- Al lado de esas creaturas tan admirables, hay otras, en el mundo, que nos molestan y nos incomodan. Si en ocasiones ponen a prueba tu paciencia, agradece a Dios que te recuerda, por este medio, que estás en un lugar de destierro y no en tu patria. Sufre con paciencia, diciéndote a ti mismo: Si tanto hay que sufrir en este mundo, ¡cuáles no serán los tormentos de los condenados en el infierno!
- Considera que en la tierra todo es pasajero, que en el cielo todo es eterno. Los hombres mueren, cambian las estaciones, sucédense los imperios, el mundo pasa, y tú también como él: tu vida y tus placeres huyen, lo que ves no es sino belleza fugitiva o, mejor dicho, un ligero rayo de la belleza permanente y eterna de Dios (Tertuliano).
La consideración de las obras de Dios.
Orad por la conversión de los infieles.
Que la bienaventurada Juliana, virgen y mártir, implore por nosotros vuestra misericordia, Señor, ella que siempre os fue agradable por el mérito de su castidad y por su valor en confesar vuestro Santo Nombre. Por J. C. N. S.
Fuentes: Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. | Tomo I; Patron Saints Index.
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