9 de Mayo: San Pacomio
SAN PACOMIO
Abad
n. hacia el año 290 en Tebaida, Egipto
† hacia el año 346 en Egipto
Esforzaos a entrar por la puerta angosta, porque os aseguro que muchos, os lo digo, buscarán cómo entrar, y no podrán.
Lucas 13, 24

San Pacomio, soldado, siendo aún pagano, quedó de tal modo edificado por la caridad de los cristianos, que resolvió hacerse bautizar. Después de su bautismo, fue a someterse a la dirección de un anciano que servía a Dios en el desierto. Un día, mientras oraba, oyó una voz que le ordenaba edificar un monasterio, para cobijar a los que Dios le enviaría. Enseguida, un ángel le proporcionó instrucciones sobre la vida monástica. Trabajo continuo, silencio sólo interrumpido por la oración y el canto de los salmos, tales eran los puntos principales de la regla que compuso. A su muerte, que acaeció en el año 346, dejó en los monasterios que había fundado una población de siete mil monjes.
Meditación: El camino del Cielo es angosto
- El camino de la santidad es dificultoso; la puerta del cielo, estrecha; pocas personas pasan por ellos; no sigas a la mayoría, si no quieres perderte. El camino que conduce a esta puerta estrecha está erizado de espinas; esto aleja a la mayoría de los cristianos. ¿No eres tú del número de los que siguen el camino espacioso de la perdición y no tratan sino de divertirse? ¡Ten cuidado! A los placeres de aquí abajo siguen lamentos eternos; huye, pues, de la vana alegría de este mundo si es que temes el llanto en el otro (San Gregorio).
- Elige el género de vida más seguro y no el más cómodo. Buscas en tus viajes el lugar y el modo menos peligroso, y tratándose de tu salvación, en cambio, siempre buscas los caminos más fáciles y menos seguros. Muchas personas se condenan amontonando riquezas, buscando honores y placeres. ¿Crees tú que haciendo lo mismo estás más seguro?
- La vida religiosa es la más segura y la más austera de todas, pues aparta de las ocasiones del pecado, privando de las riquezas mediante la pobreza, de los placeres mediante el voto de castidad, y de una libertad peligrosa mediante la obediencia. Si ya te encuentras en este estado, regocíjate; estás en el camino angosto del paraíso. Si no estás en él, compara tu vida con la de tantos buenos religiosos; humíllate e imítalos en el mundo, en la medida en que lo permita tu estado, en su pobreza, su castidad y su obediencia. Después de todo, crees en el mismo Evangelio que estos santos religiosos, adoras el mismo Dios, temes el mismo infierno y esperas el mismo paraíso.
El deseo de la perfección.
Orad por las congregaciones religiosas.
HACED, Señor, os lo suplicamos, que la intercesión de San Pacomio, abad, nos torne agradables a Vuestra Majestad, a fin de que obtengamos por sus oraciones lo que no podemos esperar de nuestros méritos. Por J. C. N. S.
Fuentes: Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. | Tomo II; Patron Saints Index.
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