Destacados, Iglesia y sociedad
Catecismo de los Derechos Divinos en el Orden Social [3]
Por P. A. Philippe, C.SS.R.
(Traducción del P. Jesús Mestre Roc)
TERCERA LECCIÓN
El supremo dominio de Jesucristo sobre toda la Sociedad y Nación
- ¿Podría usted decirme el segundo artículo del Credo?
“Creo en Jesucristo, Nuestro Señor”. Y en el Credo de la Misa se dice: “Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, Dios de Dios, que se encarnó en el seno de la Virgen María, y se hizo hombre por nosotros” - ¿Existe una relación especial entre la Santísima Humanidad de Jesucristo y el Orden Social establecido en este mundo?
Sin lugar a duda. El hombre es creado de tal modo que es hecho para la Sociedad. Por su naturaleza y condiciones de existencia es llamado a vivir en Sociedad. Jesucristo se ha hecho hombre para conducir al hombre hacia su Eterna Bienaventuranza. Así pues, el Divino Redentor debe tener una influencia efectiva sobre todas las condiciones, entre las cuales debe conducir al hombre hacia su fin; pero el hombre, siendo hecho para la Sociedad, debe tender hacia su fin en tanto que es ser social, esto es, por medio de la Sociedad para la que ha sido hecho. Esta no puede ser un fin supremo, sino un simple medio. Para ser medio, debe estar santificada y ser santificante. Esto no se obtiene sino por medio de la Santa Humanidad de Cristo y en Cristo. Por esto es evidente que debe existir una relación especial entre la Santa Humanidad de Cristo y el Orden Social establecido en el mundo. - Pero, ¿porqué hablar de Cristo en particular? ¿Acaso no es Dios? Por consiguiente, ¿no es verdad que ya se le aplica todo lo que se dijo sobre Dios?
Por supuesto. Todo lo que se ha dicho de Dios, se aplica al Verbo Eterno, hecho hombre por nosotros. Jesucristo es Dios; luego toda Sociedad depende de Él con una dependencia suprema y absoluta. Sin embargo, se debe recordar que en Jesucristo sólo hay una persona y dos naturalezas: la Persona del Verbo y las Naturalezas divina y humana.
La Persona del Verbo asumió y se unió hipostáticamente a la naturaleza humana. De esta manera, la naturaleza humana de Cristo que subsiste sólo en el Verbo, en Jesucristo reviste condiciones del todo especiales. - ¿Cuáles son las condiciones especiales que posee la Santa Humanidad de Cristo en razón de la dignidad que le creó su unión Hipostática?
Las acciones de Cristo son divinas. Esta consecuencia proviene del hecho que todos los actos se atribuyen a la persona. Como en Jesucristo sólo hay una persona, no dos, todos los actos de la naturaleza humana son atribuidos a la persona divina. - Pero Jesucristo, ¿no es al mismo tiempo Redentor?
Jesucristo es Redentor. Redimió al género humano por su naturaleza humana. En esta naturaleza, Él es Mediador entre la Trinidad y el hombre. Para defender los poderes especiales y la misión de la que fue revestido Jesucristo–Hombre, no deben perderse de vista las condiciones dadas al Divino Maestro en su calidad de Hombre–Mediador. Es verdadero Dios y es verdadero Hombre. En tanto que Dios no depende de nadie, no tiene nada que recibir de nadie y todo depende de Él. En tanto que hombre, todo lo debe recibir de Dios, al igual que toda creatura, pero en condiciones especiales.
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